viernes, 19 de octubre de 2012

LEYENDA IRLANDESA



¿No os habéis preguntado nunca de donde viene la tradición de tallar calabazas para encenderlas durante la Noche de Halloween?

Esta noche, víspera de Todos los Santos, es una de las noches más mágicas del año y la más terrorífica sin lugar a dudas, seres del inframundo caminan por nuestro mundo libres,... es la Noche de Halloween.    

La leyenda de Jack-o-lantern

Esta es la leyenda de "Stringy Jack", cuya traducción al español sería “Jack el Tacaño”, también conocida como la historia de la calabaza de Halloween.
El origen de la historia no está del todo claro pero al menos hay que remontarse al periodo celta en la que ya estaba presente este relato o leyenda.

            Jack era un pendenciero irlandés con fama de borracho, un tipo muy poco querido por su comunidad ya que se dedicaba a engañar a sus vecinos con mentiras y artimañas. Conforme iba pasando el tiempo, la fama de malvado de Jack aumentaba  llegando hasta el punto de que la gente lo comparaba en maldad con el mismo diablo. Estas afirmaciones llegaron a oídos del mismo Satanás quien subió del infierno para conocer a Jack y ver si realmente era tan malo como la gente decía.

En una lejana noche de brujas, Jack  tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna. Jack, como siempre, había bebido durante toda la noche, aun así pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago y de que pagara las bebidas. El diablo aceptó y se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack -harto tacaño- rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero (que tenía grabado una cruz), así que el diablo no pudo volver a su forma original y Jack no lo dejaría escapar hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años. El diablo no tuvo más remedio que concederle su reclamación.

Pasado el plazo de los diez años, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse su alma pero Jack pensó muy rápido y dijo: Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol, por favor? El diablo pensó que no tenía nada que perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que se diese cuenta, Jack rápidamente había tallado una cruz en el tronco. Entonces el diablo no pudo bajar y él le obligó a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.

Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido golfo, borracho y estafador. Pero cuando intentó entrar, por lo menos, en el infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma (lo había prometido). ¿A dónde iré ahora? Preguntó Jack, y el diablo le contestó: Vuelve por donde viniste. El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que había vaciado, para que no se apagara con el viento.

Ahora Jack vaga sin rumbo con su linterna para toda la eternidad


Y esta es la "historia de la calabaza de Halloween" o la "leyenda de Jack o'Lantern" (que es una forma abreviada del original nombre de "Jack of the lantern", cuya traducción al español seria "Jack el de la linterna"). Los irlandeses solían utilizar nabos para fabricar sus "faroles de Jack", pero cuando los inmigrantes llegaron a Estados Unidos advirtieron que las calabazas eran más abundantes que los nabos. Por ese motivo, surgió la costumbre de tallar calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles introduciendo una brasa o una vela en su interior. El farol no tenía como objetivo convocar espíritus malignos sino mantenerlos alejados de las personas y sus hogares.